viernes, 28 de octubre de 2016

SAN JACOBOS

Un clásico que no puede faltar en el repertorio de cocina habitual de nuestras casas, san jacobos! Aunque sea una receta que seguramente casi todos sepáis hacer, yo os voy a decir cómo lo hago por si hay algún despistado. No dudéis en jugar con el relleno, no tiene por qué ser jamón y queso…mirad lo que tengáis por la nevera, jamón serrano, tomate, calabacín, setas, lomo, pechuga, paté….etc. Hoy como os digo, vamos a hacer el clásico de jamón y queso, ya haremos otros más “modernos”. Ah! Y que no se os olvide hacer de más para congelar…como las croquetas, siempre vienen bien, jeje!


 Ingredientes (para 5):
- 10 Lonchas gruesas de jamón de york*
- 5 Lonchas de queso Edam (queso a vuestro gusto)
- 1 ó 2 Huevos
- Harina
- Pan rallado
*No hace falta que las lonchas sean gruesas, muchas veces tenemos por casa algo de jamón ó pavo que se empieza a poner malo…aprovechadlo
Elaboración:
            Empezamos colocando una loncha de jamón, encima una loncha de queso y tapamos con otra loncha de jamón.
Elaboración:
            Empezamos colocando una loncha de jamón, encima una loncha de queso y tapamos con otra loncha de jamón.
            Pasamos el san jacobo por harina, quitamos con la mano el excedente y lo echamos en el huevo. Escurrimos bien el huevo sobrante y lo pasamos por pan rallado, quede bien cubierto para que luego nos quede bien crujiente. 
            Os recomiendo que hagáis varios san jacobos, la verdad que no se tarda nada en hacer y así tendréis de sobra para congelar algunos. Sí, congelar, hacedme caso porque yo siempre lo hago y os garantizo que quedan de cine! Lo que tendríais que hacer, como veréis en las fotos, es cubrir cada san jacobo con papel transparente, meterlos en una bolsa de congelar que tenga “zip” a poder ser, y al congelador directamente. Luego para consumirlos, sacarlos del congelador unas horas antes y a freír directamente.
            Calentamos abundante aceite en una sarten y cuando esté bien caliente freímos el san jacobo unos minutos por cada lado hasta que esté doradito. Es muy importante la temperatura del aceite, si no está bien caliente el san jacobo chupará el aceite por lo que quedará bastante grasiento y nada crujiente. Para saber si el aceite está caliente, meter justo la puntita del san Jacobo y si empieza a “baliar” el aceite es señal de que está en su punto. Cuando esté hecho el san jacobo lo retiramos a un plato con papel absorbente para quitar el excedente de grasa.
            Ahora, un poco de ensalada para acompañar al san Jacobo y a disfrutar! Mirad qué buena pinta con el queso fundido….mmmm!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar su comentario.