Hoy os traigo
otra receta clásica, unas albóndigas pero en lugar de prepararlas con salsa de
tomate os propongo hacerlas con una salsa muy sencillita a base de cebolla,
vino blanco y un poco de caldo. La masa de las albóndigas tienen un pequeño
ingrediente estrella que les da una gracia especial, llevan queso de cabra…mmm!!
Normalmente suelo poner también tomates secos picados pero en el caso de hoy no
tenía pero si os gusta hacer la prueba…no os vais a arrepentir! En cualquier
caso es algo prescindible, quedaros con la idea y lo adaptáis a vuestro gusto,
bon appétit!
Ingredientes:
- 600gr. De carne picada de pollo
(en mi caso pedí que me picaran unos muslos que son más jugosos)
- 1 Cebolla
- Queso rulo de cabra (1 rodaja
grande ó bien, ¾ partes de un rulo pequeño)
- 1 huevo
- 1 Trocito de pan de unos 4 dedos
(el que tenía a mano era de centeno pero vale cualquiera)
- 1 Vaso de caldo de pollo (podéis
usar uno comprado ó ½ pastilla disuelta en agua)
- 1 Diente de ajo
- ½ vaso de vino blanco
- 1 Cucharada de harina
- Leche
- Pimienta y sal
**Normalmente suelo poner también a la “masa” perejil picado y tomates
secos picados también, pero hoy no tenía…si tenéis a mano probar, les da un
gusto buenísimo!
Elaboración:
Ponemos
la miga de pan a remojar en un cuenco con un poco de leche.
Picar
el diente de ajo lo más pequeño que podamos, trocear también el queso de cabra.
En
un bol, colocar la carne, el huevo entero, el ajo, el queso, la miga de pan bien escurrida de la
leche con un poco de sal y pimienta. Mezclar bien con la mano.
Hacer
bolitas con la mezcla de la carne y pasarlas por harina.
Poner
a calentar unas 3 cucharadas de aceite en una tartera, cuando el aceite esté
caliente freír las albóndigas a fuego más bien fuerte (en cocinas del 1al 9, lo
tendremos en el 6 / 7). Queremos que las albóndigas se doren, el centro estará
algo crudo pero terminarán de hacerse con la salsa. De ésta manera sellamos la
carne y conseguiremos unas albóndigas bien jugosas. Cuando vayan cogiendo color
retirarlas a un plato con papel absorbente.
En
la misma tartera donde hemos frito las albóndigas vamos a preparar la salsa.
Dorar bien la cebolla que habremos picado con un poco de sal. Como luego vamos
a triturar la salsa, no perdáis mucho tiempo picando la cebolla...picarla en
trozos más o menos pequeños, será suficiente.
Dorar bien la cebolla unos pocos minutos a fuego fuerte, añadir la
harina y remover bien 1 minuto para que pierda el sabor. Incorporar el vino
blanco (seguimos con el fuego fuerte) y dejar evaporar 1 minuto el alcohol. Por
último, echar el caldo, mezclar bien y dejar cocinar la salsa a fuego suave (al
4) durante unos 15 minutos.
Pasar
la salsa la batidora, volver a ponerla en la cazuela y añadir las albóndigas,
dejar cocinar a fuego suave otros 10 / 15 minutos, nuestras albóndigas estarán
listas.
Como
casi todos los guisos, queda mucho más rico de un día para otro, y no dudéis en
congelar…el resultado es muy bueno! Y os garantizo que os sacarán más de un apuro….y
si coméis de tuper como nosotros, os recomiendo que tengáis siempre una bolsita
de albóndigas en el congelador J.
Para
congelar, ya sabéis…yo siempre suelo decir que me gusta usar bolsitas con “zip”
de congelar…se les quita el aire con la mano y se cierra. De ésta manera al
descongelar, no se formará tanta agua y quedarán casi como recién hechas, hacer
la prueba.
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