Terminamos el año con algo
dulce, una tarta de mousse de limón. Este postre es muy fácil de preparar y
bastante rápido (quitando el tiempo que tiene que estar cuajando en la nevera).
Me parece una receta muy apropiada para terminar el año y es que a estas
alturas estamos ya un poco saturados de tanta comilona así que éste postre
refrescante y ligero nos vendrá de cine! Además que cualquiera lo puede
preparar hasta aquellos que se estén iniciando en la cocina, la única “dificultad”
es montar la nata…el resto no es más que mezclar…facilito ¿verdad? Que disfrutéis
de la noche y tengáis buena entrada de año…J!
- 1
Paquete de galletas Lottus*
- 100gr
de mantequilla derretida
- 225gr
de Mascarpone (de venta en cualquier súper)
- 200ml
de nata para montar (35% de materia grasa mínimo)
- 250
ml de zumo de limón (2 ó 3 limones)
- 4
Hojas de gelatina
- 75gr
de azúcar
*Las galletas Lottus tienen un sabor
acaramelado muy rico, las venden en casi cualquier súper pero también podéis
usar las que son tipo digestive ó las María de toda la vida…en fin, las que más
os gusten
Elaboración:
Empezamos preparando la base de la
tarta. Trituramos las galletas con la ayuda de una picadora y mezclamos con la
mantequilla derretida hasta formar una pasta. Ponemos la mezcla en el fondo del
molde que vayamos a usar, aplanamos bien con la mano y lo reservamos en la
nevera tapado con papel de aluminio ó transparente hasta que lo necesitemos.
Lavamos muy bien los limones y
rallamos dos de ellos. Cuidado a la hora de rallar cítricos, ya sabéis, sólo
tenemos que rallar la parte de la cáscara sin llegar a la parte blanca ya que esto
suele ser más amargo y no nos interesa. Reservamos la ralladura de limón y
exprimimos todos los limones hasta conseguir el zumo de 250ml (medio vaso de
los de agua aproximadamente).
En un cazo, ponemos a calentar el
zumo de limón con el azúcar. Esperar unos minutos hasta que veamos que el
azúcar se ha disuelto. Añadimos una por una las hojas de gelatina escurridas y
mezclamos con una varilla. Esperamos que hierva y dejamos un minuto (moviendo
con la varilla), retiramos del fuego y dejamos que temple un poco. Para saber
que la gelatina está bien hidratada no tenemos más que coger una y aplastarla
con la mano, veréis cómo la textura ha cambiado y se ha vuelto blandita y
manejable.
A continuación, montamos la nata. Un
consejo para que se os monte bien la nata es tener la nata bien fría así como
el bol ó el recipiente que vayamos a usar. Reservamos la nata montada en el
frigo.
Ponemos el queso mascarpone en un
bol y lo trabajamos un poco con las varillas eléctricas, sólo para que se quede
más manejable, añadimos el zumo de limón con el azúcar y la gelatina y
mezclamos bien. Echamos la ralladura de limón y volvemos a mezclar. Es el turno
de añadir la nata, ahora en lugar de mezclar con las varillas eléctricas
usaremos una lengua ó una pala y mezclaremos con movimientos envolventes para
evitar que la nata baje.
Sacamos
el molde con la base de galletas de la nevera e incorporamos la mosse, alisamos
la poco la superficie, volvemos a tapar y dejamos que enfríe en la nevera
durante unas 2 ó 3 horas. También se puede dejar toda la noche en la nevera.
No me
digáis que no apetece comerse un trocito jeje!
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