Hoy os propongo una variante
del clásico bizcocho de yogurt. Algo muy sencillo de hacer, con muchas
posibilidades. Me encanta jugar con los sabores de los yogures o meter frutas
diferentes…ya sea en crudo...trituradas ó cocinadas…hacer vuestras pruebas!
Además, es un dulce muy sano y buenísimo para desayunos y meriendas. También es una buena manera de hacer comer fruta a los
niños que muchas veces les cuesta. Animaros con éste tipo de bizcochos, son
súper ricos y facilísimos de preparar.
- 1
Yogurt Natural (yo tenía uno griego pero vale cualquiera)
- 2
Medidas de Yogurt de harina
- 3
Huevos
- ½ Medida
de Yogurt de azúcar
- ½ Medida
de Yogurt de aceite (de girasol, oliva…el que queráis)
- 2
Plátanos pequeños bien maduros
- 1
Sobre de levadura
- 1
Cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
Elaboración:
Empezamos
triturando los plátanos, lo podemos hacer ya sea machacándolos con un tenedor ó
bien pasándolos por la batidora, lo reservamos.
En un bol amplio,
mezclamos los huevos con el azúcar, para esto sí tenéis un batidor con varillas
os resultará mucho más sencillo pero también se puede hacer con uno manual.
Mezclar muy bien los huevos con el azúcar hasta que veamos que haya cogido un
poco de volumen y el color se haya vuelto más blanquecino. Añadimos el yogurt,
volvemos a mezclar. Incorporamos el “puré” de plátano y volver a mezclar.
Seguimos añadiendo
el resto de ingredientes, vamos incorporando poco a poco la harina y la
levadura tamizadas ó pasadas por un colador. Mezclar bien para evitar grumos.
Por último, añadiremos el aceite y la esencia de vainilla, volver a mezclar,
que todos los ingredientes queden bien incorporados.
Engrasar un molde
con un poco de aceite ó mantequilla, también podemos espolvorear después con un
poco de harina y retirar el excedente ó bien, podemos usar un spray
antiadherente que la verdad, que dan muy buenos resultados.
Vertemos la masa
en el molde y lo horneamos como siempre, con el horno ya precalentado a 180º
(calor arriba y abajo), más o menos lo tendremos unos 30 / 35 minutos. Ya
sabéis, para comprobar que el bizcocho esté cocido no tenéis más que meter un
palito ó un cuchillo y en el momento en el que salga limpio tendremos listo
nuestro bizcocho.
Una vez el
bizcocho haya perdido algo de calor, lo desmoldamos, y como suelo recomendaros
para éste tipo de bizcochos, envolverlos con papel transparente de cocina, de
ésta manera vamos a conseguir que el bizcocho no se seque y se conserve casi
como recién hecho durante varios días…si es que aguantáis tantos días sin
comerlo….jeje!!
El bizcocho queda
muy jugoso y tiene ese toquecito de plátano que hará las delicias de los peques
de la casa….y de los no tan peques…jeje! Una buena taza de café o chocolate y
ya tendremos energías para empezar bien el día ;)!
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