Hoy os traigo una receta muy
sencilla y rápida de preparar, ideal para uno de esos días en los que apetece
salir a andar y no estarse en la cocina toda la mañana. Os propongo una lasaña
algo diferente, con un relleno de queso crema y espinacas. Es algo que surgió
como muchas veces de cosas que se van quedando por la nevera y a mí que no me
gusta tirar nada…el resultado?? un auténtico acierto, qué rica estaba!!!
- 1
Tarrina de queso cremoso (yo usé mascarpone pero vale cualquiera)
-
200gr. De espinacas
- Salsa
de tomate
- 1
Paquete de obleas para canelones
- Queso
para gratinar
-
Pimienta, orégano y sal
Empezamos cociendo las espinacas. Ponemos
abundante agua a hervir y cuando rompa el hervor añadimos las espinacas,
esperemos un par de minutos hasta que vuelta a hervir y retiramos las espinacas
a un colador para que escurra bien el agua. Con ese tiempo es más que
suficiente para cocer la espinaca.
Cocemos las placas de lasaña.
Ponemos abundante agua a hervir con un poco de sal y un chorrito de aceite y
cuando hierva, vamos añadiendo las placas una a una para evitar que se nos
peguen. Dejamos cocer el tiempo que nos marquen en la caja ya que cada marca
puede variar.
Una vez tengamos las placas cocidas
las retiramos con cuidado y de poco en poco y las colocaremos separadas encima
de un paño limpio para que quiten la humedad y así nos resulte luego más sencillo
rellenar.
Vamos a preparar el relleno.
Colocamos en un bol el queso crema y lo batiremos un poco con una varilla o
cuchara, añadimos un poco de pimienta y sal, mezclamos otra vez. Incorporamos las espinacas bien escurridas y troceadas,
mezclamos bien. Este será el relleno, fácil eh??
Colocamos poco del relleno en uno de
los extremos del canelón y esparcimos como formando una línea dejando libres
los huecos, de lo contrario se nos saldrá el relleno. Con cuidado, enrollamos
el canelón y dejaremos hacia abajo las uniones. Repetimos la operación hasta
terminar con el relleno ó los canelones.
Untamos con un poco de salsa de
tomate el fondo de la bandeja de horno, colocamos encima los canelones,
volvemos a untar con tomate. Espolvoreamos con queso rallado y echamos un poco
de orégano. Horneamos a 230º hasta que veamos que esté el queso fundido y bien
dorado.
Mirad el resultado, no me digáis que
no tiene buena pinta! Deberíais de probar ésta receta, como veis no tiene
ninguna complicación, se prepara en un momento y el resultado es buenísimo!
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