Ahora que vamos a entrar en la
época de comidas familiares y con amigos, os dejo la idea de un postre que
queda muy vistoso y claro…muy rico también! Es una versión “XL” del tradicional
goxua. Es un postre típico de Vitoria que normalmente se hace en formato
individual y se sirve en unos vasitos pero como quería hacer algo para más
gente he pensado hacer lo mismo pero en
versión tarta, y éste ha sido el resultado. Al final os dejo algún consejo para
que podáis preparar la tarta con antelación, muy importante cuando tenemos
ganas de hacer algo y no disponemos de mucho tiempo…yo siempre digo que en la
cocina hay que organizarse bien para disfrutar cocinando sin ningún estrés ;)
Para el
bizcocho:
- 3 Huevos
- 1
Yogurt natural (en mi caso era griego pero podéis usar cualquiera, incluso uno de vainilla si no tenéis esencia)
- 3
Medidas de yogurt de harina
- 1
Medida de yogurt de azúcar
- 1
Medida de yogurt de aceite
- 1
Cucharadita de esencia de vainilla
- 1
Sobre de levadura
Para la
crema pastelera:
- 3 Yemas
de huevo
- 55gr
de maicena
- ½
Litro de leche
- 75gr
de azúcar
- 1
Rama de vainilla (ó 1 cucharada de esencia)
*También podéis aromatizar la crema con cáscara de limón, naranja ó canela
Para el
almíbar:
- 150gr
de azúcar
- 150ml
de agua
- 1
Cucharadita de esencia de vainilla
Para la
nata montada:
- 1
Brick de nata para montar
- 1 ó 2
cucharadas de azúcar
*En la foto aparecen sólo 3 huevos….necesitaremos
6 en total…perdón por el despiste ;)
Elaboración:
Para el bizcocho:
Para el bizcocho:
Empezamos preparando el bizcocho. Se
puede usar cualquier tipo de bizcocho, yo normalmente suelo hacer el clásico
bizcocho de yogurt que es una receta muy sencilla de hacer y siempre queda
bien.
Antes de nada, ponemos el horno a
calentar a 180º.
Batimos bien los huevos con el
azúcar hasta que veamos que blanquea y que cogen un poco de volumen.
Echamos el yogurt y volvemos a
batir. Si tenéis unas varillas eléctricas os resultará más fácil.
Mezclamos el sobre de levadura con
la harina, lo tamizamos ó pasamos por un colador y lo añadimos poco a poco a la
mezcla anterior, batimos bien hasta que no haya ningún grumo. Echamos el aceite
y la esencia de vainilla, volvemos a mezclar hasta que todos los ingredientes
queden bien integrados.
Engrasamos el molde que vayamos a
usar. Yo en ésta ocasión usé un cilindro que viene muy bien para luego montar
la tarta pero podéis usar cualquier molde clásico de horno, eso sí, no os olvidéis
de engrasarlo para poder desmoldarlo con facilidad.
Horneamos el bizcocho unos 35
minutos ó hasta que salga limpia la punta de un cuchillo. Esperamos unos 5
minutos a que pierda algo de calor y lo envolvemos bien en film alimentario,
así lo tendremos como recién hecho sobre todo si hemos sido previsores y hemos
hecho el bizcocho con antelación como en mi caso….que yo para que no se me
amontone el trabajo lo suelo hacer de víspera.
Para la crema pastelera:
Preparamos la crema pastelera, éste
paso también lo podéis hacer con antelación, de hecho, es algo que os aconsejo
ya que para montar la tarta necesitamos la crema esté bien fría, así que
tenedlo en cuenta y hacerla si podéis la víspera.
Ponemos la leche en un cazo.
Retiramos
las semillas con la parte no afilada del cuchillo. Echamos las semillas y la
rama en la leche y ponemos a hervir.
Echamos la mezcla en el cazo y volvemos a llevar al fuego, ésta vez a fuego suave ya que al llevar huevos crudos no conviene que coja mucha temperatura. En cocinas del 1 al 9 lo haremos en el 3 ó 4. Sin dejar de remover cocinamos la crema hasta que poco a poco espese. Una vez que esté espesa la retiramos, la volcamos en un bol y tapamos con film alimentario (con cuidado de que el film esté en contacto con la crema, así evitaremos que se forme una costra).
Para el almíbar:
Ponemos a hervir el agua con el
azúcar y la esencia de vainilla. Dejamos hervir durante 5 minutos y dejamos
enfriar.
Para la nata montada:
Para montar bien la nata y no tener
problemas os aconsejo que la nata esté bien fría y si podéis, usad una nata con
al menos un 35% de materia grasa.
Echamos la nata en el vaso de la
batidora junto con 1 ó 2 cucharadas de azúcar (al gusto). Empezamos a batir con
las varillas eléctricas y poco a poco veréis que se va montando. Cuando se
formen unos picos y se mantengan firmes estará en su punto. Reservamos en la
nevera hasta su uso.
El montaje:
Antes de montar la tarta tenemos que
tener todos los ingredientes fríos, el bizcocho, la nata, el almíbar y la crema pastelera.
Primero vamos a cortar el bizcocho
en tres. Este paso lo podemos hacer con una lira ó bien con un cuchillo de
sierra. Para que se nos queden las capas de bizcocho iguales y planas, primero
tenemos que cortar la “joroba” que le sale al hornear.
Vamos cortando el bizcocho en tres
con cuidado.
Para que a la hora de montar dejemos
el bizcocho con la forma original y así que nos quede lo más lisito posible,
vamos a marcar una guía con unos palillos. Así, a la hora de ir poniendo las
capas de bizcocho trataremos de hacer coincidir los palillos para que lo
tengamos alineado.
Como os dije antes, yo he usado un
cilindro de hornear que a la hora de montar el bizcocho es de gran ayuda. Si
habéis usado un molde desmoldable, podéis hacer lo mismo usando el cilindro y
si no, lo vais montando con cuidado.
Colocamos
en el fondo y poco de papel de hornear ya que siempre se mancha algo. Ponemos
la primera capa de bizcocho fijándonos el lugar donde tenía puesto el palillo
para hacer conseguir en el mismo punto la siguiente plancha de bizcocho.
Untamos
de almíbar el bizcocho, lo podemos hacer con un pincel.
Cubrimos
con la mitad de la crema pastelera y colocamos encima otra plancha de bizcocho.
Volvemos a pincelar con un poco de almíbar y ahora rellenamos con la nata
montada.
Terminamos
poniendo la última plancha de bizcocho, volvemos a pincelar con almíbar y
cubrimos con el resto de crema pastelera.
Para
terminar la tarta, vamos a decorar con una costra de azúcar quemado. Esto se
hace con un soplete de cocina, como es algo que probablemente no tengáis,
podéis echar por encima un poco de caramelo líquido que ya los venden
preparados ó podéis hacerlo en casa. Sólo tenéis que poner azúcar con unas
gotas de agua ó limón al fuego y enseguida se irá formando el caramelo, cuando
tenga un color avellana lo retiráis del fuego y directamente lo volcáis sobre
la tarta con cuidado de no quemaros.
Si
tenéis un soplete es muy sencillo, habría que espolvorear un poco de azúcar
moreno ó normal y quemarlo con la ayuda del soplete.
Como
veis, el resultado es una tarta bien vistosa con la que podéis luciros en
cualquier comida. La tarta lleva un poco de trabajo pero os doy algún consejo
para que os podáis organizar y prepararla sin necesitar tanto tiempo de golpe.
El
bizcocho lo podéis hacer con antelación y congelarlo, sí, congelarlo. Yo muchas
veces lo hago y os garantizo que el resultado es igual de bueno, eso sí,
siempre y cuando el bizcocho lo congeléis bien. Una vez sacáis el bizcocho del
horno, esperáis como 5 minutos y lo desmoldáis, y según lo saquéis, lo
envolvéis muy bien con papel transparente de cocina, darle un par de vueltas.
El bizcocho estará bastante caliente todavía pero que no os preocupe. Dejáis
enfriar el bizcocho y lo metéis en una bolsa de plástico, la cerráis bien y al
congelador. Os recomiendo que el montaje de la tarta lo hagáis la víspera, o si
es para cenar, esa mañana, que tenga unas cuantas horas por delante para que se
asiente. El bizcocho lo tendríais que sacar unas 6 horas antes, lo dejáis a
temperatura ambiente y hasta que no esté descongelado no lo saquéis de la bolsa
ni quitéis el film.
El
almíbar y la crema pastelera la podéis hacer con antelación. El almíbar aguanta
varios días y la crema una vez hecha la podéis tener en la nevera (bien tapada)
2 / 3 días.
Espero
que éstos consejos os ayuden J!
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