Un clásico en mi cocina….las
empanadillas. No porque solamos comer habitualmente pero sí que suelo tener
siempre en el congelador que luego te vienen de cine cuando andas sin tiempo ó
tienes visitas….Es algo que suelo preparar cuando tengo sobras de cualquier
relleno ó como en el caso de hoy, que tenía un bote abierto de cebolla pochada
y sobras de jamón ibérico…y la verdad, que la mezcla junto con el queso cremoso
ha sido un acierto total, vaya, que las tenéis que hacer, sí ó sí! Jeje!
Además, que no hay por qué tener ni cebolla pochada ni el jamón tiene que ser
ibérico…aunque es cierto que le da otro saborcito…y si no, que se lo pregunten
a mi sobri que las devora!
- 1 Paquete
de obleas de empanadillas
- 1 Terrina
de queso cremoso ó de untar
- 100gr.
de jamón ibérico picado (yo tenía ibérico, pero usad el que tengáis, podéis sustituirlo por jamón york ó pavo)
- Cebolla pochada**
-
Sésamo (opcional)
- 1
Huevo
**Notas:
Yo suelo tener cebolla pochada en conserva, pero no es necesario tenerla, por
supuesto. Podéis picar 1 cebolla y dejar que se poche a fuego lento con un poco
de sal hasta que veáis que coge un color así como marroncito…cuanto más tiempo
mejor, pero si no disponéis de mucho tiempo, dejarla unos 10 / 15 minutos, el sabor no
será el mismo ni el color, pero el resultado final será muy bueno también.
De
todas formas, os recuerdo el post donde explicaba cómo hacer cebolla pochada
para embotar: cebolla pochada
Elaboración:
En una sartén ya caliente, añadimos 2
cucharadas de cebolla pochada, seguido, añadimos el jamón ibérico bien troceado
y lo mezclamos todo durante unos 5 minutos a fuego suave/medio (en cocinas del
1 al 9, lo tendremos entre el 3/4). Como normalmente, la cebolla pochada y el
jamón tienden a soltar un poco de grasa, yo suelo volcar la sartén a un colador
para quitar el excedente de aceite.
Volvemos a añadir la cebolla y el
jamón a la sartén y echamos el queso crema con un poco de nuez moscada, mezclamos una par de minutos hasta que el queso se haya integrado bien y dejamos enfriar la
mezcla.
Una vez tengamos la mezcla fría, ya
podemos ir rellenando las obleas. Si no tenemos la masa fría ó templada,
correremos el riesgo de que con el calor de la mezcla se rompan las obleas…así
también, es una manera de poder anticiparos si no andáis con mucho tiempo,
podéis hacer de víspera la preparación.
Esto ya no tiene ningún misterio…ponemos un poco de relleno en el medio de cada oblea, la cerramos con cuidado para que el
relleno no se salga y quede más o menos repartido y sellamos la oblea con un
tenedor. Le vamos apretando con las puntas por todo el borde, así no se nos
escapará el relleno.
Pintamos con un poco de huevo batido
cada empanadilla, y si tenéis, espolvoread con un poco de sésamo. Ponemos las
empanadillas en una fuente de horno con papel de hornear (ojo, no uséis el papel donde vienen las obleas, no es un papel apto para el horno). Horneamos durante unos
15 minutos a 200º. Lo del tiempo como siempre…varía en función de cada horno,
cuando veáis que empiezan a estar doraditas las sacáis.
Yo siempre congelo
empanadillas, y os recomiendo que lo
hagáis. Espero a que estén bien frías y las envuelvo una a una con papel film
transparente, las meto en una bolsita de congelar y listo! También podéis
congelarlas sin hornear y directamente, del congelador al horno. Hombre,
siempre quedan mucho más ricas comerlas recién horneadas…también podéis
calentarlas en el horno aunque las hayáis congelado ya horneadas…ó un golpe de
micro…os lo dejo a vuestra elección!
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