Ya es hora de preparar algo dulce, qué tal si os digo que
vamos a preparar unos donuts caseros?? Sí sí, habéis leído bien! Llevan un poco
de trabajo, no os lo voy a negar pero el resultado es taaan bueno que realmente
merece la pena. Además, os doy algún consejo para que podáis adelantar algún
paso y si tenéis en casa un robot de éstos que amasan lo tenéis chupado! Y si
no, tranquilos! Echaréis un brazo increíble! Leed bien el paso a paso y un día
que andéis con tiempo poneros a ello, os van a encantar, no tienen nada que envidiar a los comprados ;)!
- 145g de harina de fuerza
- 90ml de agua tibia
- 3g de levadura fresca de panadería
Para la masa:
- 15ml de leche a temperatura ambiente
- 20g de levadura fresca de panadería
- 30g de azúcar
- 125g de harina de fuerza (puede ser un poco más)
- 5g de sal
- 4 yemas de huevo
- 60g de mantequilla a temperatura ambiente (con
textura de pomada)
- Aceite para freír
Glaseado:
- 150g de azúcar glas
- 3 ó 4 cucharadas de agua
Para la masa madre:
Deshacemos la
levadura en el agua tibia dándole unas vueltas con un tenedor.
Colocamos la harina
que habremos tamizado previamente en un bol y ponemos en el centro la mezcla de
agua con levadura. Mezclamos todo bien y amasamos un poco hasta conseguir una
masa que apenas se nos pegue de las manos. Si veis que se os queda muy pegajosa
podéis añadir un poco más de harina.
Hacemos una bola
con la masa y la dejamos en un bol, tapamos con film transparente y dejamos
reposar a temperatura ambiente como 1 hora ó hasta que doble el tamaño.
Si queréis, éste
paso lo podéis hacer con antelación, incluso de víspera, tendríais que dejar la
masa una media hora a temperatura ambiente y meterla en la nevera. Para usarla,
hay que sacarla de la nevera como una hora antes para que se atempere. Los
tiempos de reposo a temperatura ambiente siempre pueden variar, dependerá de la
temperatura que tengamos en casa.
Para la masa:
No
es necesario tener ninguna amasadora, yo he hecho los donuts a mano muchas
veces, pero es cierto que las amasadoras nos quitan un poco de trabajo, eso sí,
no echaremos nada de brazo! Los pasos son los mismos tanto si los hacemos a
mano como con amasadora.
Empezamos
deshaciendo la levadura con la leche como hemos hecho antes, dándole vueltas
con un tenedor.
En
un bol ó en el cuenco de la amasadora, ponemos la harina tamizada y hacemos un
hueco en medio, como si fuera un volcán. En ese hueco metemos la mezcla de la
leche y levadura y añadimos también la masa madre que hemos preparado
anteriormente. Mezclamos y amasamos.
Ahora
añadimos las yemas y seguimos amasando. Es normal que en éste punto tengamos
una masa bastante pegajosa, si queréis, podéis echar un poco de harina, sobre
todo si amasáis a mano, os resultará más sencillo.
Incorporamos el azúcar y volvemos a
amasar.
Por
último, añadimos la mantequilla y continuamos amasando bien hasta que quede una
masa compacta que se despegue de las manos. Al añadir la mantequilla es normal
que la masa parezca que se “desparrama”…sobre todo si lo hacéis a mano, pero no
os asustéis, es normal y con el amasado conseguiréis que todo quede bien
integrado.
Si
vemos que la masa se nos pega a las manos echaremos un poco más de harina. El
resultado tiene que ser una masa lisa y que no se nos pegue a las manos. Si lo
hacéis a mano, tened paciencia y no dudéis en tapar la masa con un paño durante
unos 5 minutos si veis que os cuesta amasar. Este pequeño tiempo de reposo os
ayudará. Si lo hacéis con amasadora, terminad de amasar en la mesa así será más
sencillo terminar de integrar todo y hacer una bola con la masa.
Una
vez tengamos la masa lista, formamos una bola y la dejamos en un bol que
previamente habremos untado con un pelin de aceite (para que no se pegue) y la
tapamos con un paño ó film transparente. Dejamos levar una ó dos horas ó hasta
que doble el volumen a temperatura ambiente. También podemos dejarla media hora
a temperatura ambiente y meterla en la nevera toda la noche. De ésta manera
ralentizamos el proceso de levado y nos permite preparar de víspera la masa.
Eso sí, hay que sacarla de la nevera unas 2 horas antes de su uso (si hace
calor con 1 hora será suficiente).
Dar forma:
Cortamos
unos cuadrados con papel vegetal para poner encima los donuts, así será más
sencillo manipularlos.
Espolvoreamos la mesa con un poco de
harina y estiramos la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor aproximado
un poco menos de un dedo...así que no la hagáis muy finita. Si no tenéis un cortador de donuts podéis usar un
vaso de agua y otro de txupito para el agujerito del centro. Vamos dando forma
a los donuts y los colocamos encima del papel vegetal.
Con los trocitos de masa que van
quedando de los “agujeros” lo que podéis hacer es dejarlos tal cual o hacer
bolitas, luego se pueden rellenar de nutella por ejemplo y quedan…pues os lo
podéis imaginar, jeje!
Colocamos los donuts en una placa de
horno, los tapamos con un paño y dejamos que fermenten durante 1 hora ó hasta
que doblen el tamaño.
Si
andáis con prisa, un truco para acelerar el levado es poner los donuts en el
horno y calentarlo a mínima temperatura. Eso sí, estaros pendientes ya que
enseguida se ponen gorditos.
Ya
sólo nos queda freír los donuts. Ponemos a calentar abundante aceite, ya veís
que yo uso una cazuela ya que me parece más cómodo, así entra más aceite y los
donuts se hace perfectamente. Con respecto al tipo de aceite podéis usar de
girasol ó de oliva suave, esto ya a vuestro gusto.
El
aceite tiene que estar caliente pero no demasiado o se nos formará una costra
por fuera y la textura no será la ideal. Vamos echando uno por uno los donuts y
vamos a evitar tocarlos, sólo para darles la vuelta. Cuando veamos que empiezan
a dorarse en la parte de abajo les daremos la vuelta y los dejaremos otro
minuto ó dos, hasta que se doren. Sacamos los donuts y los dejamos escurrir en
un plato con papel absorbente y posteriormente los ponemos a enfriar en una
rejilla ó placa.
El glaseado:
Yo
suelo hacer dos tipos de glaseado, el clásico de azúcar (mi preferido!) y el de
chocolate. Ambos son muy fáciles de preparar.
Para
la cobertura de chocolate, fundimos al baño maría (ó en el micro) un buen
chocolate de cobertura ó postres. Vertemos el chocolate ya fundido en un bol un poco ancho.
Para
el glaseado de azúcar, mezclamos en un bol azúcar glas con un poco de agua.
Mezclamos con unas varillas y cuando tengamos una consistencia algo espesa como
la de una crema estará listo. Contra más espeso esté el glaseado más “blancos”
quedaran nuestros donuts, es cuestión de añadir más ó menos agua.
Ya
con los glaseados en su punto no tenemos más que ensuciarnos un poco las manos
e ir bañando cada donuts por una cara ó por las dos, a vuestro gusto.
Escurrimos
el excedente de glaseado y dejamos endurecer los donuts en una rejilla ó placa.
Si en la cocina hace calor podemos meterlos en la nevera hasta que el chocolate
se haya endurecido (tardará muy poco).
Consejos de
conservación:
Lo
ideal es consumir los donuts recién hechos pero como salen bastantes tenemos
varias opciones, una vez fríos y sin ponerles el glaseado, los tapamos bien con
film transparente y directamente al congelador. Para consumirlos simplemente
habrá que sacarlos una hora o así antes, les podemos incluso dar un golpe de
calor con unos segundos en el micro, casi como recién hechos!
También
podemos meterlos (ya envueltos en film) en las típicas bolsas pequeñas de
plástico de los súper, nos aguantarán perfectamente unos días.
Os
acordáis de las bolitas que hemos hecho con los sobrantes de la masa? También las
podemos pasar por el glaseado de azúcar ó como os decía, rellenarlas de
chocolate ó nutella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar su comentario.