Hoy vamos a preparar unas
trufas de chocolate blanco, una receta de esas muy fácil de hacer y que se
prepara en nada así que todo el mundo atento, sobre todo aquellas personas que
no dispongan de mucho tiempo o que se estén iniciando en los fogones. Veréis
que el resultado es buenísimo y lo bueno es que aguantan muchos días si sois
capaces de resistir la tentación claro!
- 300 gr de chocolate blanco de
cobertura*
- 100ml de nata líquida**
- 30 gr de azúcar
- 1 limón (ralladura)
- 1 naranja (ralladura)
- 1 huevo (la yema)
- 20 gr mantequilla
- Azúcar glass
- 100ml de nata líquida**
- 30 gr de azúcar
- 1 limón (ralladura)
- 1 naranja (ralladura)
- 1 huevo (la yema)
- 20 gr mantequilla
- Azúcar glass
*Podéis usar el chocolate que más os guste,
el de la marca Nestle se encuentra fácilmente en cualquier súper. Los que
funcionan muy bien sobre todo para fundir son los de las tiendas alemanas tipo
Aldi y Lidl. Yo por ejemplo suelo usar uno de Aldi en éstos casos pero también
lo he hecho con otras marcas y aunque cueste más fundirlo queda igual de bien.
**Cuando usamos nata en los postres,
comprad siempre de las que tengan un mínimo del 30% de materia grasa, en los
envases suele marcar el porcentaje y además pone bien claro nata para postres,
así no hay duda
Elaboración:
Ponemos a hervir la nata y el azúcar en una cazuela. Lavamos
bien la naranja y el limón y echamos las ralladuras en la cazuela junto con el
azúcar y la leche. Tened cuidado a la hora de rallar cítricos, procurad no
llegar a la parte blanca ya que eso amarga. Ponemos a hervir y dejamos
hirviendo durante 5 minutos. No tiene que estar a temperatura muy fuerte, una
vez que arranque a hervir, bajamos un poco la temperatura, que haga “chop chop”
y retiramos del fuego.
Incorporamos fuera del fuego la yema y la mantequilla, lo mezclamos todo bien.
Ahora vamos a derretir el chocolate, tenemos varias opciones
pero para mí, la mejor es sin duda fundir al baño maría, sobre todo el
chocolate blanco que normalmente se suele resistir más. Cubrimos el fondo de
una cazuela con unos 2 dedos de agua, colocamos encima un cuenco que encaje
bien y encima echamos el chocolate troceado. Lo llevamos al fuego y dejamos que
poco a poco se vaya fundiendo el chocolate (el fuego lo tendremos en el 3 en
cocinas del 1 al 9). Cuando se haya fundido lo retiramos del fuego.
Añadimos la mezcla de la nata al chocolate fundido, removemos
para que todo quede bien integrado y lo dejamos enfriar. Yo suelo pasar la
mezcla a un cuenco y lo tapo con film de cocina. Como la mezcla está todavía
caliente, para evitar que se os haga costra os recomiendo que cuando la cubráis
con film que el papel se pegue a la mezcla, os enseño en la foto como quedaría.
Esperamos a que esté lo suficientemente frío como para meter en la nevera y
dejamos enfriar durante al menos 4 horas aunque lo podéis dejar de un día para
otro sin problema.
Ya con la masa bien fría podemos ir haciendo las trufas. Ponemos
en un cuenco azúcar glas y vamos sacando porciones de la masa con una cuchara,
el tamaño lo dejo a vuestra elección…todos sabéis cómo son de grandes las trufas
más o menos así que las hacéis como más os gusten. Les damos forma redondeada
con la mano y las rebozamos por azúcar glas. Yo tenía unas cápsulas pequeñitas
como las de las magdalenas así que las puse ahí pero no es necesario.
Si tenéis niños en casa dejadles que os ayuden, les encantará
mancharse las manos y se chuparan lo s dejos!
Una vez tengáis las trufas hechas os recomiendo que las guardéis
en la nevera sobre todo si en vuestra casa hacer calor…aguantan muchos días…eso
sí…si no hay gente muy golosa alrededor….;)!
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